El utilizaba un cuadro Raleigh International, ligeramente
oxidado el cual rehusaba a equipar con lo último en componentes
y tecnología. No había nada de Campagnolo en la
bici de Jim, solo una mezcla de componentes euro-asiáticos
funcionales pero libres de glamour, resaltando sus
cambios Simplex de plástico. Yo odiaba los cambios Simplex, en
mis manos semi-competentes, estos mandos solían causar serios
problemas al tirar de más de las palancas y forzar el cambio
trasero entre el cassette y los radios. Normalmente
terminabas tirado sobre el asfalto con las ruedas torcidas y las
rodillas raspadas.
Cambié a Suntour GT tan pronto como pude y fui más feliz que
nunca.
Un día, pedaleando en caminos vecinales cerca de Ithaca NY.
Pregunté a Jim:
-¿Por qué sigues usando esas palancas Simplex de plástico?-
-“tus dedos hacen los cambios, no las palancas.”-
Contestó en ese tono tenebroso que usan los expertos con los
principiantes, tal como si ellos hubieran nacido sabiéndolo
todo.
-“Sí, pero, cualquier otra cosa cambia mejor, ¿por qué no
usas Suntour?
-“Muy pesado”-
-“¿y porque no Huret ó Campa?”
-“porque Simplex funciona y cuesta menos, y Campa es para
alzados”-
-“Oops Jim, ¿Qué es un alzado?”
-“Alzados son las personas que compran cosas caras para
impresionar a la gente, pero no las usan, piensan que son
mejores pero son patéticos y ruedan lento”-
Jim se paró sobre los pedales y yo esprinté para alcanzarlo.
Estaba decidido a aclarar este punto de una vez por todas,
consiente de que estaba obteniendo valiosa información de un
hombre astuto, ó simplemente estaba tratando con un tipo necio,
de cualquier forma fue una conversación memorable.
-“Está bien” dije, “¿pero no cambiarías a Campagnolo si yo te
diera un grupo gratis? Digo, ¿no es lo mejor que hay?”-
-“No, Simplex es lo suficientemente bueno para mi, ahora
cállate, deja de hablar de piezas de bicicleta y rueda más
rápido”-
Yo guardé silencio y rodé un poco más rápido.
La semana pasada venía pedaleando del trabajo de regreso a
casa en mi Epic Specialized vestido con un popurrí de ropa de
montaña y de ruta. Alcancé a un grupo de tres ciclistas
ornamentalmente vestidos con ropa de equipos europeos, montados
en flamantes bicis italianas con grupos Record y Dura-Ace.
Iban rodando más bien lento. Cuando me emparejé les dije:
-“Hola, ¿que tal?”-
-Silencio-
Uno de los ciclistas volteó a verme y comentó algo con sus
compañeros.
-“¡Bonitas bicis!”-
-les dije-
Ignorado de nuevo.
Un último intento:
-“¡Que bonita Pinarello!”-
Nada, así que me adelanté y seguí pedaleando.
¿Fue mi ropa? ¿Mi bici no-italiana?, de cualquier manera fui
juzgado por mi apariencia de no ser digno de rodar con el
exclusivo club de este trío. Un club en el cual ciclistas reales
visten de cierta manera y usan ciertos cuadros y componentes.
Para ellos, yo no era un ciclista, tan solo un objeto
repugnante.
“¡ALZADOS!” -Exclamé-
Ese tal Jim era un tipo listo. Por primera vez me arrepentí
de no haber guardado uno de esos cambios de plástico para poner
en mi cuadro de alta tecnología. Esos cambios Simplex, no solo
funcionaban, (en un buen día) sino que situaban a Jim en un
lugar aparte de este tipo de presumidos que les importa más el
show que la acción y que ni siquiera tienen la educación de
regresar un saludo. De hecho los alejaba, así como mis zapatos
Shimano de montaña alejaron a esos modernos ciclistas
presumidos. Tal ves alejarse de este tipo de personas no sea tan
mala idea.
La presunción no es exclusividad del ciclismo de ruta, en el
triatlón y en el ciclismo de montaña también se dan estos casos,
normalmente entre gente de temprana edad, entre aquellos que no
conocieron esos viejos tiempos en los que ver a otro ciclista en
el camino era motivo de celebración, de intercambiar números
telefónicos y saludos rituales.
Ahora, algunos de los ciclistas parecen rodar con la misma
actitud que toman cuando van manejando un auto en el tráfico:
arrogancia e indiferencia.
Se extrañan aquellos amistosos días, aunque no teníamos
bonitos lentes.
Cuando estoy probando una bici prototipo San Andréas de
montaña monocasco con suspensión total, de $8,000.00 USD, los
alzados de downhill prácticamente se estrellan viéndome.
Pónganme con la misma ropa, sobre una bicicleta de $1,000.00 USD
y entonces ya no existo.
Los maratonistas parecen no tener este problema, parte de la
razón es que correr no es un deporte que requiera de gran
equipamiento. La jerarquía está más bien basada en “hacer” más
que en comprar, el ciclismo debería ser de esta manera también,
¡y se puede!, que tal si todos ponemos en nuestra bici una pieza
de anti-alzados antes de nuestra próxima salida, ó usar algo de
ropa repelente a los alzados.
Y si tú eres un alzado del ciclismo, simplemente, NO lo seas,
se amable con los demás, regresa el saludo con una sonrisa,
todos los ciclistas somos hermanos, llámense ruteros,
cicloturistas ó peregrinos, pero sobre todo, trata de recordar
para que son realmente las bicis:
¡Para pedalear, NO para posar!