Los Capados

El título hace referencia a los compañeros caídos en la épica rodada del 8 de junio, al llegar a su casa.

Después de pasar al hotel El Chinguirito de Villa del Carbón, 8:30 a.m. por los compañeros que participaron el día anterior en la competencia del circuito Xtreme Tour y Bici y Montaña, llegamos a la presa Llano Grande y comenzamos a subir por las brechas que fueron utilizadas el día anterior en la competencia en dirección al Cerro de la Bufa. El paso fue lento pero constante, la mañana era soleada y con mucha humedad.

El grupo formado por Ingrid, Fabiola, Roberto jr, Roberto, Salvador, Oscar, Jorge jr, Jorge, Guillo y Juan.

La rodada estaba pensada en no más de 25 kilómetros y llegar a los carros a mas tardar a las 2:00 p.m. De los 10 participantes solo Oscar y Jorge habían realizado el recorrido anteriormente (invitados hace 4 años por nuestro amigo Francisco Noriega Guevara) por lo que solo se tenía una vaga idea de cómo llegar a la cima del cerro La Bufa. Después de pedalear cerca de diez kilómetros de pura subida, llegamos al camino trazado para la competencia de bicicleta de montaña en el Extreme Tour.

Nos sentimos más confiados al ver que la cima estaba a no más de tres kilómetros de distancia en línea recta y estábamos a buena hora para intentar llegar, estábamos en la vereda con la dirección correcta, por lo que no pensamos que nos llevara mucho tiempo llegar y regresar temprano.

En ese momento, para los participantes de la competencia, comenzaban a sentir los estragos del día anterior, creo que las ganas del grupo por terminar de subir, fue lo que los motivó a continuar.

No contamos con las cañadas que había que rodear y seguir subiendo, los paisajes distrajeron nuestra atención al tiempo, y alrededor de la 1:00 p.m. ya estábamos muy cerca de la cumbre.

Seguimos subiendo hasta llegar a un punto donde Oscar recordó una vereda que lleva a las escaleras y no fue hasta que encontró dichas escaleras cuando lo seguimos.

Cerca de las 2:30 p.m. ya estábamos asombrados por el lugar, saltando de un lado al otro, tomando fotografías, admirando los acantilados y lamentando el no haber llevado la tradicional torta de pan chapata y jamón serrano y vino tinto.

 

A las 3:30 p.m. comenzamos la bajada, y al llegar al camino por el que llegamos, surgió la idea de bajar por el otro lado. Hicimos caso a la idea y comenzamos a bajar por vereda en dirección opuesta a nuestra llegada ¡1er ERROR!, confiábamos en que el camino daría vuelta en dirección correcta y así fue. El cielo comenzó a cerrase con nubes de “probable lluvia” y apresuramos en lo posible el paso, pues ya el cansancio era cada vez más notorio y la motivación que nos llevó a la cima ahora comenzaba a ser desesperación por llegar a los coches sanos y secos “2do ERROR” Por la desesperación no consultamos los GPS para planear mejor el regreso. Comenzamos a subir de nuevo hasta llegar a una elevación muy parecida a la Bufa (3,500 mts), pero a una cañada de diferencia, eso nos desconcertó mas, eran ya las 5:00 p.m. y comenzaba la lluvia tipo chipichipi, lo cual aumentó la desesperación del grupo.

Al comenzar a llover tupido y con relámpagos, estando en la cima de una montaña en la dirección indebida, hicimos un desesperado consenso y ya que Jorge era el único que tenía marcados en su GPS los puntos de control de la competencia, se decidió creer ciegamente en el GPS y trazar una línea recta hasta el punto de control más próximo (casi 3 kilómetros). Aplicamos la función GO TO y a partir caña, no había camino. Jorge nos aventajó en media hora casi un kilómetro hasta encontrar una vereda de tala montes y aprendiendo a usar e interpretar la ubicación que emiten los radios Rino, Jorge, que ya había llegado al punto de control, nos pudimos  guiar intercambiando a través de los radios los trayectos de Jorge y el grupo hasta el camino de la pista usado en la competencia. Una vez ya en camino conocido por la mayoría, las bromas y el compañerismo se dejaron ver nuevamente en el grupo, pues aunque mojados, cansados, sedientos y preocupados sabíamos que ya era cuestión de minutos estar nuevamente en los coches. 

Al llegar el grupo a la carretera la felicidad se vio en la cara de todos, y comenzamos a bajar tan rápido como nuestro manejo lo permitía ¡OTRO  ERROR!, Con la ropa mojada y la humedad del ambiente poco a poco comenzamos a sentir frío en los dedos de las manos. 

Al llegar a los coches, todos estábamos titiritando por el frío, afortunadamente pudimos cambiarnos las ropas y calentarnos un poco en los autos. Ya eran las 8:00 p.m. y la preocupación por llegar a casa fue general. 

Alguien dijo al colgar el teléfono “ Ahora si me van a capar”. Parece ser que nuestras esposas se pusieron de acuerdo y así lo hicieron. 

El regaño se dejó sentir para todos, pero sabemos que si se presenta la ocasión ya sabemos a quien echarle la culpa.

Al final de cuentas recordamos con agrado este recorrido en donde afortunadamente seguimos aprendiendo muchas cosas de este deporte, visitando increíbles lugares cercanos a la comarca, y que mejor cuando se explora con buenos amigos.

Ride With Freedom = Rodando con Libertad

Club Xinte