Hace mas de una década, la presión urbana era menos en la Comarca del Río Xinte a pesar de tener 18 millones de canijos a un distancia muy corta, en aquel entonces comenzamos a bautizar con nombres propios a las veredas mas populares dentro de Chilucaltepec y  en esa época éramos tan solo un puñado de Ciclomontañistas que nos juntábamos los días Domingo para rodar juntos, pero esto no era suficiente por lo que iniciamos a rodar también los Sabados.    En uno de esos solitarios Sábados donde era muy difícil encontrarte con otro Ciclomontañistas, tomaba velocidad bajando después del entronque de La Topaz junto a los avioncitos de hoy en día, cuando de repente un extraño perro muy parecido a un zorro con una cola esponjada, patas como popotillos, hocico afilado, se me atravesó a una distancia de unos diez metros y desapareció entre la maleza en unos pocos segundos.  La reacción inmediata fue frenar en seco y recordar la escena para dar una explicación de que tipo de fauna había observado.

Al llegar a casa tome los libros e identifique que se trataba de un coyote, y así fue como termino ese primer encuentro con esta especie.

Pasaron tres años y en ese tiempo inicio la voracidad de la mancha urbana a comerse la área rural de Chilucaltepec y las púas se multiplicaron por todos lados ya que los terrenos adquirían valor y las motos iniciaron a pasar por todos lados, molestando a los lugareños. Como Ciclomontañistas estábamos haciendo progresos muy interesantes en la cuestión de la exploración y encontramos un camino que nos llevaba a la vereda que llamamos La Monolito.  Para llegar a La Monolito, notamos que en una pequeña ranchería tenían una coyote amarrada, les preguntamos a los campesinos por que tenían al pobre animal en esa forma y su respuesta fue que la capturaron por lo que la respuesta inmediata fue que se las compraba.  En aquel entonces acordamos en el precio de 200 pesos y así fue como me hice el dueño de esta coyote por unas horas ya que la liberamos en una reserva cinegética esa misma tarde.  Debido a lo anterior este camino tomo el nombre de La Coyote.

Paso mas de una década y la presión demográfica se intensifico y los signos no son buenos ya que a poca distancia del Río Xinte construyeron una pista de Go karts que hacen un ruido impresionante.       

Acababamos de cruzar el Río Xinte junto a un campamento de refugiados aminoguanas el Jueves Santo y tomamos los senderos que llamamos La Pista, para llegar a un claro donde hay varias cabañas y para nuestra sorpresa se nos atravesó a un paso medio, un hermoso coyote de mediana edad pero algo mañoso ya que no se inmuto al vernos a unos 15 metros de distancia.  Sin duda este animal se adapto a vivir junto a las actividades de los humanos y no nos tiene tanto miedo ya que se pasea con gracia y elegancia.    Nos alienta que esto todavía se de a tan solo unos minutos de la ciudad y los poblados pero sí nos preocupa que su hábitat cada día que pasa esta mas amenazado.

A pesar de todo, estas experiencias nos han dejado un buen sabor de boca.